1. Valor de ley
Historias de las buenas, de vaqueros borrachos y niñas que buscan venganza por la injusta muerte de su padre..., ésas, sí, ésas, ya no se cuentan. Y es una pena; porque he disfrutado cabalgando por el Oeste como en los viejos clásicos.
2. La mujer de negro.
Los ánimos para ver terror puro en el cine son escasos por culpa de la cultura yanqui, que echa mano en este género de la violencia, el sexo, y la filmación movida. Afortunadamente asistimos a una obra británica, con un Daniel Radliffe (Harry Potter para los pottéricos) potente, callado, que intenta alejarse del tópico en el que está enmarcado.
3. Plan de vuelo: desparecida.
Pese al título francamente malo, Jodie Foster trabaja de lujo con aceleramiento del thriller y paranoia. El ritmo no decae; crece más y más y hace dudar al espectador de lo que está viendo. Le implica, le cautiva, le aterra y le disgusta: una mujer recién enviudada viaja en avión de Berlín a Nueva York. En el camino, pierde también a su hija.
4. La piel que habito.
Almódovar no es mi devoción, pero tampoco de mi antipatía. Algunas de sus películas pecan por rodundar en los mismas temas, pero La piel que habito es una revolución. Sí, tiene sexo. Sí, tiene violencia. Pero más allá de eso el director manchego ha hallado una historia solemnemente trágica, original y fantástica. La música y los actores son un deleite. Un orgullo, como resultado de una carrera larga, para cualquier español.
5. Up in the air.
George Clooney remonta de nuevo. Aquí es un profesional en despedir a gente sin escrúpulos (él no los tiene, no sus pobre víctimas). Lleva una vida fría y superficial, sin vivir en ningún sitio fijo. Con una compañera aprendiz a su lado, verá el mundo con otros ojos. Original. ¿Sólo original? No, es una buena historia.
6. Poder absoluto.
¿He dicho que amo a Clint Eastwood? Ese viejo me tiene loco con sus películas, siempre haciendo de malo, de vaquero, de tipo duro... por dentro hecho de pan. En esta ocasión, es un ladrón con clase que presencia un asesinato. Pero, ¿quién va a creer su palabra? Gran película, grandes actores, gran historia.
7. Alien.
Ahora que Prometheus -su precuela- está a la vuelta de la esquina, esta película merece volver a la memoria. ¿Quién no recuerda esas escenas en el espacio sideral negro, con la sombra acechante de un monstruo? Éste es el terror absoluto, el miedo a lo irracional. Es la corona de un género. Señores, veánla. Sufran con su música, con la inercia humana ante el miedo de lo desconocido. Una joyita universal.
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