Querido Partido Popular madrileño:
no me entra en la cabeza como se puede ser liberal en el sentido económico y al mismo tiempo defender la sanidad y la educación pública. Creen ustedes en el señor Reagan y la señora Trachter como una fuente inagotable de inspiración. Sin embargo, aunque reniegan de un Estado fuerte y prefieren individuos válidos, valoran muy positivamente la policía, el ejército, la nación, o incluso la Iglesia (que aunque no es contradicctorio con el individualismo, sí que es gregaria. Por lo menos la católica es universalista, lo que choca con sus ciudadanos solitarios.)
Dicen defender la educación y la sanidad públicas. Arguyen que se debe pagar un euro por receta para mantener la gratuidad del sistema farmaceútico. He aquí otro fallo: es como decir que para mantener la paz hay que hacer la guerra a cierto pueblo. ¿No creen que nos engañan? Si quieren reducir nuestro estado del bienestar, háganlo. Tienen derecho a hacerlo (son nuestros gobernantes; nosotros los españoles nos lo merecemos por votarlos). Ahora bien, no manipulen la verdad. Si recortan el presupuesto de educación en Castilla-La Mancha, admitan que lo han recortado. No hagan como Aguirre, que no ve tijeras ni en una satrería.
Respecto a las privatizaciones está todo dicho: algo privado no es mejor ni peor necesariamente que algo público. De hecho no me enerva que se nacionalice o privatice algo (en sí misma la acción). Lo que me sorprende es que los mismos que privatizan esos servicios son los que, luego privatizados, los gestionan. O sea, son los que asumen los beneficios de la ya convertida empresa privada. Tampoco me gustan esas pérdidas en lo público: Bakia es una entidad ahora pública y que continúa en la bolsa. ¿A qué esperan para sacarla de allí? ¿A qué esperar para enjuiciar a sus gestores? ¿Qué ha sido del exvicepresidente Rato?
Nosotros les votamos para gestionar lo público. Pero aunque ustedes decidieran privatizarlo, deben retribuir a las arcas públicas la misma cantidad de dinero. Y por supuesto, deben dejar de alegar que es por el interés general: si fuera efecitivamente así dejarían en otras manos la dirección de lo reciñen privatizado. No se puede defender una privatización como lo mejor para la sociedad cuando el principal beneficiado de dicha acción es una empresa o un individuo directamente relacionado con el político que quiere llevarla a cabo. Es falta de ética. Y sin embargo, es legal. ¿Éso no constituye prevadicación y vender terrenos en negro sí? Vacío legal es lo que hay. Y falta de ética.
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