Publica MSN España, una web de muy baja categoría, una lista de las carreras con menos demanda, menos sueldo y menos, en definitiva, fama. En primer lugar, la página tiene tan poco criterio que han empleado datos estadounidenses para elaborar una serie de consejos a un público español. Pero sobre todo, se han basado en datos absurdas como el sueldo medio o desvaríos varios.
La carrera de Fisioterapia, por ejemplo, hasta hacía poco era de segunda categoría. ¿Qué ocurrió? Que la demanda de fisioterapeutas se despegó como el voto popular en las últimas autómicas. De repente, el vacío laboral de estos técnicos creó un éxodo contrario: todo el mundo corrió a las facultades de fisioterapia para cursar una carrera que otrora había sido desdeñada.
Las carreras más específicas como la que ha cursado un servidor este año han sido calificadas de poco rentables: las filologías, en general, junto por ejemplo a la inglesa, han sido tachadas de poco prácticas.
¿Hasta cuándo con este menosprecio educativo? Una riqueza cultura y social radica en la diversidad de su pueblo. Si la población no sabe estudiar sino una corta lista de grados, ¿qué futuro van a tener cuando la oferta se paralize y los miles de licenciados se empiecen a pelear a mordisco por los últimso puestos de trabajo de un sector obsoleto y congelado?
Un estudiante, no sólo de letras, sino de aquellos estudios mermados por este mercado unilateral, se ve abocado hacia un exilio laboral, en aras de aprender o bien idioma, o bien cómo encontrar un buen trabajo en otro terreno donde sí se valora lo que has aprendido y no sé contruyen castas según el grado que tengas.
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