Lineas ParaRelas Es una falta de ortografía con patas.

sábado, 20 de abril de 2013

El dilema que no puede ser nombrado

Hablar del aborto es terreno vedado. Parece que no puedes emitir juicios sin ser encasillado en sus dicotómicas posiciones enfrentadas. Hubo un tuitero que resumió la polémico argumentando que los que defienden la vida del feto se centran en él en la discusión, mientras que las personas que defienden el derecho a decidir lo hacen en la perspectiva femenina. Esto lleva a un círculo sin fin. Es y no es así.
Cualquiera puede hablar de aborto y sexualidad, pero dar consejos de prácticas sexuales o explicarla en sí misma es irónico viviendo de aquéllos que juran castidad durante sus votos.

En primero lugar condeno toda ilegalización y endemonización de la mujer que aborta: admito sin embargo que la mujer sin remilgos que lo hace es fría e insensible, pero no prohíbo su actuación, en primer lugar porque es estúpida dicha censura propia de tiempos medievales en los que el sujeto no es nada sino un remilgo subordinado a la teología de turno. En segundo lugar, porque actúa a la fuerza, y en nada se consigue así.

El aborto es una tragedia se entienda como se entienda, pero no es tan simple como aparenta. Hay que analizar exactamente en qué consiste, en un sentido lógico-biológico y ontológico, ser un feto, y cómo misteriosamente de ser una cosa inerte -un óvulo, por un lado, y esperma, por otro- pasa a ser algo vivo. También hay que ver cómo legislar en este aspecto respetando, por un lado el habeas corpus o intachabilidad del cuerpo ajeno -cada uno en su cuerpo puede hacer lo que quiera- y por otro el derecho a la vida del no-nacido.


¿Por qué es una tragedia? Hágase lo que se haga, toda actuación a este respecto es cruel: si se mantiene la mujer con el niño, indirecta -o directamente- a la fuerza, durante el embarazo, puede llegar a odiarlo, a maldecirlo, a culpar al nacido de sus propios errores. Si lo da en adopción, tendrá un vacío grandísimo la mujer que pierda al hijo de sus entrañas. Y si aborta, el sentimiento de culpa y la hipótesis de una felicidad que ya nunca tendrá la atormentarán durante más o menos tiempo -aquí podemos emitir juicios de valor sobre cómo se debe sentir una mujer en este momento, pero no como mujer, sino como persona. Esto es importante: los hombres deben discutir sobre este tema. No basta con simplificar. Hay que respetar la voluntad femenina, pero no como femenina, sino como ciudadana. El género masculino debe también opinar.-

Ahora bien, ¿el feto cuándo aparece? Es ciertamente mágico que sea humano de repente, sin tener las caracterísitas humanas -sociabilidad, independencia, racionalidad- o biológicas -nutrición, relación, reproducción-. Respecto a esto último hay varias opciones: o bien el feto es una personas ipso facto, o bien no lo es hasta tener cierto tiempo -en unas semanas adquiere el alma, según San Agustín-, o bien no es propiamente una persona hasta que se separa de la madre.


-Si es una persona ipso facto, significa que ha pasado de ser una célula no viva (¿o sí lo está?) como son los óvulos y los espermatozoides a formar algo que está vivo (se argumenta que tiene el material genético humano). Aparte de las cuestiones metefísicas (del no-ser no puede nacer el ser), que pueden concluir en que todo está vivo (incluyendo los gametos, pero también las piedras y el agua), o sea, un panteísmo, debe pensarse si realmente pasa a estar vivo: su existencia depende todavía de la madre en un grado altísimo. Es parte de ella tanto como sus pulmones y sus brazos; no es algo independiente. Afirma que es algo, así, en general, diferente de ella, es como indicar que una neurona no es parte de un todo, o que una gota de mar es separable del oceáno.

-El segundo supuesto es que el feto empieza a ser una persona pasado un tiempo. Hay dos vertientes: una neuronal y otra teológica. La primera, psicológica, afirma que el ser humano lo es siendo sensitivo, cerebral, volitivo, libre para comer; a este respecto no es más que una célula o zigoto hasta que empieza a desarrollar la sensibilidad, o sea, hast que en cierto momento desarrolla sensibilidad (de aquí viene tanta literatura sobre qué tipo de música es mejor para una embarazada). El problema es que decir que entonces es persona consiste en admitir que las personas, por ejemplo, con taras físicas incapaces de mover partes de su cuerpo son menos personas (falso, luego no es lo que hace que esté vivo). Por otro lado, el ámbito teológico (que argumenta contra el aborto empleando, paradójicamente, el método científico que tanto reniegan) , por lo menos en otras épocas, afirmaba que el feto no-nato no estaba vivo hasta no haber recibido el alma (que puede interpretarse como aparato nervioso). Y Platón no creía que hubiera alma antes del parto (a contrastar).

-Por otro, en sentido biológico el bebé está vivo cuando es bebé y no es parte de la madre. Hasta que no se corta el cordón umbilican la alimentación la recibe de forma autótrofa de su madre, no por sí mismo. Hasta que no nace, no se relaciona activamente con el exterior, no alcanza cosas.De hecho, si muere la madre, muere el feto: son parte del mismo sistema. Con lo cual, toda legislación debe ser para la madre, no porque la madre sea más importante que el hijo, sino porque lo incluye.

En cuanto a la legislación, no soy abogado. Sin embargo, es anacrónico  tachar de criminal a una mujer que libremente actúa con su cuerpo (además de sospechosamente machista, pues tal como dicen las feministas, una mujer no lo es porque tener hijos, sino que sigue siéndolo aun rechazando la natalidad, punto de vital desacuerdo con el catolicismo). Contemplo el aborto como una tragedia, algo siempre negativo, pero no prohibitivo. Las únicas salidas son el no-aborto: la entrega en adopción o la política activa gubernamental que fomente la natalidad y los anticonceptivos. ¿Incompatibles? Si la gente pudiera tener y no tener descendencia cuando quisiera, la tendría siempre. Más allá de los accidentes sexuales involuntarios, la gente adulta contempla como una acto de autorealización la construcción familiar (familia, a todo esto, no en sentido estricto conservador; incluyo la familia homosexual). La vida es tediosa sin hijos: la población jamás renegaría de la natalidad si tuviera acceso gratuito o fomentado a los métodos anticonceptivos, y si la educación obligatoria incluyese cursos de educación sexual prácticos, orientados a la higiene y la seguridad, no estrictamente el placer (eso es tarea de los sexólogos). Por otro lado, la ética cristiana, que crea la triada sexo-reproducción-matrimonio, en ningún momento favorece las relaciones sexuales maritales con pretensión reproductora: son escasos los kamasutras escritos por gente que aborrece el sexo premarital, y no sería absurdo que se abandonase ese prejuicio puritano.


Finalmente, a las personas que acusan de frialdad a los que intentan hablar racionalmente de este tema, me gustaría decirles que dificultan el hablar pacífico y sensanto: éste es un tema para todos -hombres y mujeres por igual, pues no se puede ser feminista y reivindicar derechos exclusivos de la mujer-, y los argumentos pueden valer de cualquier tipo de rama, menos de la religiosa. Eso no quita para hablar con religiosos, mientras sepan separar de su discurso lo que piensas por sí mismos y lo que les han dicho o han bebido de los Textos Sagrados.


4 comentarios:

Estigia dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Estigia dijo...

Pues estoy bastante de acuerdo con tu entrada, aunque mi visión es más radical: en lugar de posicionarme con una serie de argumentos (con los que coincido en un 90% contigo) trato de desentrañar las contradicciones de ambos bandos, pero sobre todo, de los que se declaran provida. Arremeto más contra ellos no únicamente por mi visión, sino porque, de los dos bandos, es que prejuzga, miente y falsea datos. Y por ahí no paso el aro.

He llegado a leer auténticas BURRADAS de estos individuos en materia biológica: en la Universidad de Valladolid, "expertos" médicos especializados en bioética (ejem) aseguran ver "como el alma se introduce en el cuerpo cuando se fecunda el óvulo" al analizar el "milagro" en el microscopio. Dejando a un lado el poco rigor del método científico empleado, suponiendo que fuera cierto, estarían admitiendo que ese mismo dios que introduce almas a mansalva en óvulos fecundados se encarga de eliminar a la mitad sin pudor, y sin que la mujer siquiera se hubiera dado cuenta de que "albergaba una vida". De hecho, se estima que de media, una mujer con tres hijos ha tenido cinco abortos espontáneos de esta índole.

Otra cosa que se suele decir es que la repercusión psicológica siempre es negativa. Añaden datos (sin especificar fuentes) de entendidos psicólogos que miden los supuestos niveles de depresión. Estoy segura de que ese malestar posterior se evitaría en gran medida si estos sectores dejasen de culpabilizar y criminalizar a la mujer que lo hace, la cual puede acabar convencida de que la alternativa que ha escogido es lo peor, y por ello es una mala persona.

Estigia dijo...

También tuve el caso de una persona que se tiró tres horas para convencerme de que el embrión era una vida , para luego decirme que en casos de violación está bien. Lo considero cuanto menos contradictorio: si establecemos que el embrión (no feto, embrión) es exactamente igual que una persona, incluso la situamos por encima (porque consideramos que la vida personal de la mujer es baladí con respecto a que nazca) lo que no tiene cabida es que por un acto -incluso criminal- esa vida pierda todo su valor.

Podría seguir, pero son algunos ejemplos. Es tan brutal toda esta batalla cargada de moralina que es muy difícil encontrar en Internet información objetiva y VERAZ sobre el tema. Basta teclear "aborto" para que nos atiborren de cartas de "testimonios" de arrepentimiento; o datos sobre "las clínicas que hacen su Agosto obligando (?) a abortar a mujeres" (Bayer también hace su agosto con las aspirinas, pero eso nos da igual que sea un negocio). Y la estrategia de enseñar imágenes de bebés sonrosados, o para los que necesitan urgentemente alimentar el morbo, abortos se ha vuelto una moda muy popular en las páginas cristianas.

Muchas veces intentan convencer a los demás que la legalización del aborto produciría aumentos del mismo (aquí hay más falseo de datos). Si éstos incrementaran, posiblemente sea porque la cifra que no contabilizaba al ser ilegal pase a ser legal y regulado. Segundo, parten de la premisa de que la mayoría de las mujeres que abortan lo utilizarían como método anticonceptivo. Sin embargo, la realidad no sustenta esta afirmación: de las mujeres que volvieron a abortar, un 97%* lo hizo por motivos de salud o porque su vida estaba en riesgo. Aparte, hay que estar completamente sesgado para creerse que alguien va a someterse a una operación quirúrgica de gratis, pudiendo evitar sus riesgos de infección o muerte tomando una píldora o utilizando preservativos.

No me voy sin preguntar, ¿por qué los cristianos están tan obsesionados con el tema, si no hay soporte teológico que sustente que el aborto es el peor de los males en la Biblia?

PD. Los datos de los embriones los saqué de aquí. Está en inglés pero puedes encontrar lo que dije tecleando 50% embryo:

http://amirrorclear.net/academic/papers/scourge.pdf

El dato de que una mayoría aplastante que repetía el aborto era por motivos terapéuticos no consigo encontrarlo, únicamente lo recuerdo porque me tocó hacer un trabajo al respecto. Lo que me escandaliza es que en muchas páginas encuentro que se aprovechan de este dato para mentir, alegando que en España se aborta como método anticonceptivo sin especificar las razones por las cuales se producen estas repeticiones. Ver para creer.


¡Saludos!

Anónimo dijo...

Gracias por el comentario. Estoy prácticamente de acuerdo contigo. Sí, hay mucha ficción y poco estudio riguroso al respecto.

Un saludo PZ

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